Debo
reconocer que yo fui una de las miles de personas que estuvimos en contra de la
designación de Luis Enrique como DT del Barcelona.
Por Sebastián Gómez
Tras la salida de
Gerardo "El Tata" Martino del banco del club blaugrana y el
nombramiento del español Luis Enrique como nuevo entrenador, muchos hinchas del
Barcelona creíamos que el equipo no mejoraría en ningún aspecto, que seguiría
por la misma senda del mal fútbol y de la confusión y que el nuevo DT llegaba
por aspectos totalmente ajenos a lo futbolístico.
Al inicio de la
temporada creí tener la razón porque el Barcelona era blanco de críticas por
parte de la prensa, esto debido al mal juego que mostraba el club dentro de la
cancha, a los problemas internos que se presentaban, al pésimo presente de
varias de sus figuras como Messi, entre otras tantas razones que en la
actualidad no se justifican recordar.
Sin embrago, con
el transcurso de la temporada y con el paso de los partidos, Luis Enrique
consiguió darle vuelta a esta dura situación, y lo hizo explotando nuevos
conceptos futbolísticos desde lo táctico. Él logró que el equipo interpretara
sus ideas, consiguiendo que jugaran al contraataque, algo que tal vez nunca me
imaginé ver en el Barcelona teniendo en cuenta que venía de ver un equipo que
jugaba al tiki taka.
El español
aprovechó a los jugadores que tenía arriba, al MSN (Messi, Suárez, Neymar) que
tanto le aportó a esta nueva versión del Barcelona, un equipo que en el momento
de perder el balón, volvió a presionar al contrario, recuperando rápidamente el
esférico, un club que además de esto, consiguió mejorar tanto en lo defensivo
como en lo ofensivo.
Pero esto no fue
todo. Como si fuera poco y para seguir callando muchas bocas, incluida la mía,
Luis Enrique, además de imprimirle una nueva identidad al club, ganó todo lo
que se le cruzó. Los números de este señor realmente asustan. Además de
conseguir el tan anhelado triplete (Liga BBVA, Copa del Rey, UEFA Champions
League), segundo en la historia del Barcelona, ganó 50 de los 60 partidos que
disputó en la temporada, empató cuatro y tan solo perdió seis. Anotaron 175
goles y solamente recibieron 38, demostrando el equilibrio que le dio al
equipo.
Debido a esto, lógicamente
y por razones más que obvias, Josep Bartomeu, presidente del Barcelona, decidió
ampliarle el contrato a Luis Enrique por dos temporadas, es decir hasta el
2017. Ahora el técnico español deberá pensar en lo que se viene: la Supercopa
de Europa, la Supercopa de España y el Mundial de Clubes, para así conseguir el
sextete.
Después de todo
esto, solo me resta decir que espero, de todo corazón y como fanático del
Barcelona que soy desde muy pequeño, que Luis Enrique siga callando bocas
porque, aunque yo ya reaccioné, cambié de opinión y ahora apoyo su dirigencia,
aún existen bastantes incrédulos, quienes dicen que todo esto fue solo suerte y
que él no tuvo nada que ver con la consecución de estos tres títulos.
Sebastián C. Gómez A.
Estudiante Periodismo – Universidad Externado
de Colombia
Twitter: @sebasgomez05